Cinco poetas
MARVIN G. SOTO
Cautiverio de ciudad... Cautiverio de ciudad... Vidas retorcidas entre latas de prohibiciones, almas guardadas invividas en los restos de cuerpos solos... Inteligencia ensordecida por dioses extraños, conciencias silenciadas por los gritos del fracaso... Mentes oscurecidas por placeres no gozados, labios nunca tocados por placeres matutinos... Vidas que no se viven, almas jamás libres, Intelectos enmohecidos conciencias que nunca hablaron, mentes sin luz. Labios insaboros...
A mi Padre Como guerrero cansado, abatido de sufrimientos,
herido de innumerables dolores depuso su adarga y su escudo...
Jamás hubo huella mas profunda, nunca palabra mas insigne,
para siempre escuchada, mi oído atento... infinito...
Su andar curvilíneo, gastado... su porte de hombre raudo, enhiesto... su presencia impetuosa, fuerte... respeto, juicio, equidad... él...
Maestro director de mi orquesta, comandante triunfante del ejercito de mi alma, guía, portaluz, faro, norte, brújula... el recuerdo de tu voz es mi amparo... mi fuerza...
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