Poesía de los sueños
SUEÑOS QUE CAMBIAN LOS COLORES
tonalidades caprichosas que nadie se quiere perder.
Una tarde de mayo recuerdo haber ido a comprar quesos y vino blanco con una compañera a la salida del trabajo, para tomárnoslos charlando en inglés plácidamente sentadas en una piedra a la orilla del río, con el sol dándonos en la pálida cara. Ese es uno de los momentos que evoco cuando necesito soñar. Pero mi subconsciente no me lo trae, tengo que llamarlo. Y me cuesta un trabajo…
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