Siguiendo huellas 1
BARRANCO DEL PEREJIL
Entre tiros de escopeta, y oscuros cielos de octubre, mi esencia se hace secreta, por la niebla que me cubre, y al cazador voy eludiendo, y casi casi a la pieza, poco a poco voy subiendo, sendero de fortaleza. Ante mí un guardián divino, saliendo al paso entre toscas, cuando más sudo el camino, el muy vil me echa las moscas. A trocha y mocha en cañada, ziz-zaz...paradas ligeras, allí mi hada engalanada duerme cansinas guerreras.
¡Vente conmigo romero, que no se esconda ese enebro!
Ahora voy con esmero; al fin el collado quiebro.
Jódar al norte se asoma, al este: Monte Escarchado, oeste: Úbeda y su loma, al sur: Aznaitín nublado.
Aquí me quedo extasiado
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